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viernes, 25 de febrero de 2011

PERFILES PARA EL TRABAJO


¿e-competente o incompetente?




Por:
Grizzly Dayhana Tovar Toro
Luis Fernando Rueda Vivas
Unidad III. Otros perfiles y actitudes
Módulo: Nuevas formas de Comunicación en Internet.
Docente: Adriana Vega Velázquez.
Maestría en Comunicación Digital
Universidad Pontificia Bolivariana
2011.


“De nada sirve la tecnología sino existe la persona que pueda darle sentido”


Edita Martinuzzi es una mujer de 83 años de edad, quien a pesar de haber sufrido un “ataque neurológico”, tal como ella define la causa de sus problemas actuales de salud, mantiene su interés por navegar en Internet. Esta argentina aprendió a relacionarse con las “nuevas tecnologías” desde hace más de cinco años, y desde entonces, mantiene un blog en el cual plasma sus ideas. Para ella, mientras se tenga la mente intacta, no hay edad ni incapacidad que le impida participar en la Red.

El ejemplo de Martinuzzi sirve para reafirmar el argumento de que “las tecnologías se convierten en herramientas facilitadoras de nuevos conocimientos y aprendizajes” . El mundo de las organizaciones, hoy en día, exige sujetos competentes, capaces de reconocer cuál es la información relevante, que sepan cómo hacer las cosas y con una suficiente capacidad para pensar.
Los trabajadores deben tener la habilidad para resolver problemas y para comunicarse de manera efectiva. Los conocimientos acerca de las “nuevas tecnologías” son imprescindibles en el ámbito laboral. El avance en este ámbito resulta determinante y especialmente estratégico ya que existe una estrecha relación entre la cualificación de la fuerza laboral y la productividad de una nación.

La globalización y las TIC, de la mano, han generado un fuerte impacto en la productividad y profundos cambios en la sociedad. De hecho, han propiciado todo un desafío para la competitividad.
Ha surgido entonces un nuevo perfil: el de un trabajador del conocimiento que ha evolucionado de manera simultánea a la maduración de fenómenos como la globalización, la expansión de los mercados y la masificación de las TIC, entre otras.

En ese orden de ideas existe una relación casi que condicional entre la educación y la preparación laboral. Surge la necesidad de incorporar mejoras sustantivas en la educación, sin embargo, en el caso de los países latinoamericanos, estos enfrentan dificultades para mejorar los niveles de formación de su fuerza de trabajo, particularmente, de los trabajadores menos cualificados. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE, hay una falta de correspondencia entre aquellas habilidades enseñadas en las escuelas y las requeridas por las empresas. Muchos países están experimentando serios vacíos y desajustes.
El aprendizaje es un proceso que se enriquece a través de la conexión y vinculación de nodos o fuentes de información. Las conexiones entre ideas y campos del conocimiento pueden detonar insospechadas innovaciones.

Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Cepal, “la agenda digital de los países de América Latina y el Caribe observa una mayor inclinación por las TIC como medio de integración y desarrollo social que como impulsoras de desarrollo económico”.

Trabajador e-competente

El estudio “Nuevas competencias para nuevos empleos”, elaborado en 2008 por el Centro Europeo para el desarrollo de la formación empresarial, Cedecop, reveló que más de 20 millones de nuevos puestos de trabajo se crearán en Europa hasta 2020. Sin embargo, un tercio de la población europea no posee habilidades digitales.

¿Cuáles serían entonces las competencias básicas que una persona debería desarrollar para prepararse para el mundo laboral de la sociedad de la información y el conocimiento?

Para la Magíster en Administración de Tecnologías de la Información del ITESM, Sandra Sanguino Galvis, quien actualmente forma parte del grupo de investigación Prisma de la Universidad Autónoma de Bucaramanga, Unab, el mundo está sufriendo cambios acelerados en el sistema educativo y, asimismo, en la formación del talento humano.
Para Sanguino, un trabajador e-competente debe cultivar las siete “c” del community management: contenidos, cariño, cultura 2.0, conversación, creatividad, carácter y constancia.

Un perfil preparado en la Estrategia de Lisboa, un documento diseñado por la Unión Europea con el fin de que este continente se convierta en la economía basada en el conocimiento más competitiva y dinámica del mundo, reseñó ocho competencias claves para desempeñarse en la sociedad del conocimiento: comunicación en la lengua materna, comunicación en lenguas extranjeras, competencia matemática, competencias básicas en ciencia y tecnología, competencia digital, aprender a aprender, competencias sociales y cívicas, sentido de la iniciativa y el espíritu de empresa, conciencia y expresión cultural.

Los conocimientos y actitudes del e-trabajador deberán estar orientadas al trabajo colaborativo, la innovación y el aprendizaje constante. Las competencias, definitivamente, tienen que ver con cuatro tipos de alfabetismo: tecnológico, informacional, digital y mediático.




Cibergrafía

Cobo Romani, Cristobal (2010).” Nuevos alfabetismos, viejos problemas: el nuevo mundo del trabajo y las asignaturas pendientes de la educación”. En: Razón y Palabra, 73, págs. 13. Disponible en: http://www.razonypalabra.org.mx/N/N73/MonotematicoN73/03-M73Cobo.pdf

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